Desde que tengo Netflix en casa veo mucho menos la televisión, pero no creas que he acabado del todo con ella. Lo que sí hago es consumir más contenidos a la carta. Una idea que al principio me negaba a vivir y que ahora disfruto un montón.
Y es que siempre decía que yo en la tele veía lo que quería. Pero claro, el tema de las propagandas y de que a veces te daban fútbol en vez de tu programa, era siempre una cosa que complicaba esa libertad que yo creía que tenía.
Sin embargo, ahora que veo otras opciones, resulta que hay cosas que no puedo encontrar en Netflix, mi alternativa favorita, o lo que es peor desaparecen de repente.
Supuestamente, esto sucede por temas de licencias del contenido en el territorio desde el que me conecto, y eso para mí es una putada de calibre.
Hay quien piensa que Netflix acabará con el cine y la televisión tal como los conocemos, pero le falta mucho para eso. Antes que nada, tiene que volverse region free (libre de bloqueos regionales) al 100% y sin dobleces.
Esto, que ya es una exigencia en otro tipo de contenidos (como los videojuegos), también tiene gran importancia para los que consumimos contenidos audiovisuales en streaming.
Y por cierto… También tengo HBO y Amazon Prime, que adolecen de la misma limitación que Netflix en cuanto a las licencias por territorios.
Aunque, quitando ese impedimento tan curioso, gracias a estas tres plataformas tengo un montón de contenidos disponibles las 24 horas del día.
En ocasiones esto se resume a que a menudo me falten los capítulos de las temporadas más recientes de las series originales de TV que quiero ver a mi aire… Pero, como nota positiva, también hay que reconocerles que salvan series geniales que descartan las cadenas de televisión.
Que se rescaten buenas ideas es algo que personalmente me encanta.
En televisión compiten muchas cosas para llevarse las franjas de audiencia, pero cuando tienes todo el tiempo del mundo para verlas, la competición es distinta.
Tienes como señal de éxito el número de reproducciones totales más que el porcentaje de personas que lo ven en un momento determinado, y ese me parece un indicador mucho más fiable de interés… Sobre todo porque también se puede medir la estabilidad del mismo y el crecimiento en el tiempo.
Por si fuera poco, Netflix y demás repositorios de streaming tienen un montón de contenido original que me mantiene a tono mientras actualizan los que más deseo consumir.
Esto es algo potencialmente distractor para cualquiera que trabaje desde su ordenador en cualquier parte, como yo, porque es una tentación constante.
No es que vayas a tirarte todo el día así, pero sí que puedes ponerte algo de fondo para ir amenizando las tareas administrativas, por ejemplo.
También puedes pasarte días viendo series, películas y documentales relacionados con tu calendario editorial y tus próximos lanzamientos… Y si te descuidas, los terminas retrasando.
Aunque, bien usados, en estos repositorios tienes un filón de contenidos basados en las tendencias de vida más actuales.
Qué me dices tú: ¿Utilizas Netflix o Amazon Prime? ¿Quizás crees que esto definitivamente acabará con el cine?