La Cacica, como la llamaban de cariño y admiración, fue una mujer guerrera y decidida, que no le quedaba grande nada.
Consuelo Araújo Noguera nació con la misión de impulsar el vallenato y llevarlo a las grandes ligas de la música mundial. Su vida fue tan intensa como las notas de un acordeón.
Una pasión desde niña
Desde pequeña, su padre la apoyaba en ese entusiasmo por el vallenato, contándole historias de grandes cantantes y compositores que habían dejado huella.
Su madre, en cambio, no entendía el “embeleco” de su hija por esa música que, en ese entonces, no era tan conocida ni valorada como hoy.
Pero Consuelo no era de las que se rendía fácilmente. Se convirtió en una auténtica embajadora del vallenato, luchando para que esa música traspasara fronteras y llegara a los rincones más inesperados.
Uno de los grandes hitos de su vida fue organizar la comitiva vallenata que acompañaría a Gabriel García Márquez a Estocolmo a recibir el Nobel de Literatura.
¡Imagínate el orgullo!
En esa delegación iban Emilianito, Poncho, Rafael Escalona y Pablo López, llevando en alto el nombre del vallenato y del país. Allá, en Suecia, todos se sentían orgullosos de representar a Colombia, y acá en Colombia el orgullo era aún mayor.
Amor, desamor y resiliencia
Consuelo se enamoró de Nando desde muy joven, aunque los padres de él se opusieron con todas sus fuerzas.
Pero el amor pudo más, y contra viento y marea, se casaron y fueron muy felices… hasta que a Nando le dio por las apuestas y las “tumbalocas” (esas mujeres que aparecían por ahí y lo volvían loco).
Consuelo le perdonó varias, pero llegó un punto en el que no aguantó más y se separó de él.
Su madre no estuvo de acuerdo (ya sabes, la típica idea de que “la mujer debe aguantar todo”), pero Consuelo no era de las que tragaba entero. Se las arregló para anular su matrimonio y se casó con otro hombre, mucho más joven, con quien fue muy feliz hasta que la vida se lo permitió.
La Cacica fue postulada para cargos políticos varias veces, pues su lucha por los derechos humanos y su oposición a las FARC la hacían una figura inspiradora.
Odiaba los secuestros y alzó su voz cada vez que pudo.
De hecho, la guerrilla le secuestró a uno de sus hijos, y ella, ni corta ni perezosa, organizó un plantón pacífico y, a través de su emisora, habló fuerte y claro contra los políticos y todos aquellos que hacían de las suyas. Por supuesto, esto no era del agrado de muchos.
Consuelo logró que liberaran a su hijo, pero poco después, fue ella quien cayó secuestrada.
Esta vez, no logró volver con vida. Su esposo joven quedó solo y desconsolado, sintiendo la impotencia de no haber podido hacer nada por la mujer de su vida.
Ese momento de la historia es una de las partes más tristes de la novela, porque muestra las incapacidades del Ejército y la Policía, que muchas veces saben dónde están los secuestradores, pero no hacen nada por exterminarlos.
Así, seguimos a merced de esta plaga que parece no tener fin.
Ficha técnica de la novela
Nombre: La Cacica
Basada en la vida de: Consuelo Araújo Noguera
Género: Drama biográfico
- Ambientación: 1940 – 2001
- País de origen: Colombia
- N.º de episodios: 40
- Año: 2017
- Elenco: Viña Machado – Consuelo Araújo Noguera, Valeria Henríquez – Consuelo Araújo Noguera (joven), Laura González[9] – Cecila «La Chechi» Cotes Monsalvo (joven), Eileen Roca[10] – Cecila «La Chechi» Cotes Monsalvo, Cristina García – María Lourdes Socarras (joven), María Laura Quintero – María Lourdes Socarras, Kevin Bury – Hernando «Nando» Molina (joven), Lucas Buelvas – Hernando «Nando» Molina, Sebastián Carvajal – Edgardo José Maya Villazón, George Coba – Gabriel «Gabo» García Márquez, Rita Bendek – Bella Noguera de Araújo…